Desde que vengo a Bujaraloz, y me junto con el, somos como dos tornados con ganas de hacer picias. Todas las tardes tenemos algo que hacer, y siempre, nos pasa alguna aventurilla. Nosotros no conocemos el aburrimiento.
Una tarde, de fiestas de San Agustin, nos acababamos de despertar, y nos dirijimos a la peña con toda la resaca. Ya ahi, nos tomemos una cerveza, y ya frescos, fuimos a dar una vuelta. Nos encontremos una máquina extraña, con la cual se podian hacer palomitas. Era grande y pesada, pero tenía ruedas... Claramente, decidimos llevarla a la peña, y una vez allí, empecemos a comer palomitas, como si fuese el fin del mundo. Artos ya de palomitas, no nos quedaba otra que joder la máquina, y así fue. La apaleemos asta dejarla destrozada, y una vez asi, la prendimos fuego. Cuando la máquina ardia nos percatemos de que teia un motor, y que dentro albergaba gasolina. La apaguemos inmeditamente, cual bomberos... Bueno, en resumidas cuentas, la máquina no exploto de milagro. Más tarde la gente buscaba esa máquina, ya que era de los Cuentacuentos. Bueno que al final nos salimos con la nuestra, como siempre...
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